Desde hace 15 años, la proteína del grano de soja viene cayendo y marcando serias dificultades en todo el polo industrial de la Argentina. Es decir, se ha complicado la elaboración de harinas de alta calidad que son las más demandadas por los mejores mercados del mundo.
“Hay una serie de incidencias que se dan en la parte de manejo, genética y nutrición, así como también, en otras herramientas de la agricultura que debemos comenzar a tener en cuenta de una vez por todas”, sentenció el Ing. Rodolfo Rossi, presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja).
Al mismo tiempo, consideró que una revisión realizada en varios países está reportando un crecimiento en los rendimientos de soja a nivel mundial y como consecuencia de la correlación negativa entre la proteína y el rinde, la primera va disminuyendo.
Rossi, celebró los resultados de un serie de trabajos realizados por el INTA Marcos Juárez, la Universidad Católica de Buenos Aires y un grupo de eco fisiólogos de la Universidad Nacional de Rosario, donde se puede observar que un elemento para mitigar esta baja en la proteína es el conocimiento general de la situación y el otro pasa por un incremento en la utilización de fertilizantes, ya que desde hace varias campañas no se está recuperando la extracción de nutrientes del suelo.
“Una de las conclusiones fue considerar que si las políticas no acompañan con incentivos en estos momentos críticos, es muy difícil que algo pueda cambiar o moverse. No solo por parte de los productores agropecuarios, sino también por las empresas semilleras que se ven impedidas de hacer un trabajo de mayor inversión e investigaciones biotecnológicas para mejorar los niveles proteicos y los rendimientos”, sostuvo Rossi.
Por ahora, la cadena sabe que las retenciones siguen siendo un inconveniente, frente a un productor agropecuario que está muy cuidadoso con su dinero y continúa haciendo números muy finos, en muchas zonas.
“No somos los peores del mundo. Nos pasan estas cosas por determinadas variables donde juegan la situación geográfica, muchas cuestiones de manejo, una mayor necesidad de rotaciones y una notable ausencia de fertilización continua”, concluyó Rodolfo Rossi.