“Hay que poner un ojo a los distritos financieros del mundo. Es necesario observar los grandes acontecimientos que se vienen sucediendo en el siglo XXI, ya que ahí es donde se aglutinan los polos tecnológicos. A futuro, será en estas regiones donde se van a encontrar la mayoría de las soluciones de estos tiempos, bajo el diseño de políticas al unísono, a largo plazo”. La observación corresponde a Cristian Inderkumer, director de Investigación de la Asociación Civil para la Cooperación Argentino China (ACCACH).
Este especialista reconoce el centro desde donde se han disparado los grandes avances y todo el proceso que muestra a la digitalización como una gran herramienta.
Asimismo, afirma que con solo observar a China y sus más de 100 millones de personas conectadas a redes 4G, internet móvil, computación en la nube y macro datos que vienen transformando a la agricultura, sería suficiente para entender todo lo que está siendo reemplazado por teléfonos inteligentes y las aplicaciones orientadas al desarrollo agropecuario.
Por ahora, se puede ver en la virtualidad como en el mundo del agro, avanzan las prescripciones. Es decir, todas estas tecnologías predictivas han permitido crear mapas de malezas, relevamientos precisos de las últimas 3 campañas agrícolas y tanta eficiencia productiva; que en pulverizaciones están generando ahorros en el uso de productos cercanos a un 70%, si se midiera por lote.
Suena extraño que todo esto sucede, en medio de una profunda crisis que muestra a la economía mundial resfriada; aunque tal vez este rezago, que podría extenderse por años, equipare a muchos países como el nuestro, que mantienen este resfrío cíclico desde hace décadas.
“En situaciones como estas, la agricultura, ganadería, el comercio y la industria tecnológica son claves, para salir de esta congestión que no logra minimizar las desigualdades, ni potenciar el desarrollo y la infraestructura. Las nuevas aplicaciones en tecnología están liderando los cambios. La internet de la cosas, economía compartida, del conocimiento, conectividad, son cuestiones de políticas en muchos países”, asiente Inderkumer considerando que somos un país líder en el desarrollo agropecuario, aunque con mínimo arraigo a los conceptos modernos.
Gran parte de todo esto, lo sigue mostrando la realidad de nuestro país, con altas deficiencias por falta de conectividad (internet) en el interior del país y grandes áreas rurales de la región núcleo central, que continúan generando distorsiones y retrasos.
Como paradoja está China, donde ya es común ver como una serie de juegos en los teléfonos celulares te permiten crear tu propia granja, armar tu parcela de producción hortícola o manejar un núcleo reducido de animales para el abastecimiento propio o de un radio determinado, se vienen trasformando en aplicaciones de incentivo, para familiarizar a los campesinos con las nuevas tecnologías.
«Todas están apoyadas por el gobierno y en muchos casos se terminan transformando en nuevas empresas o emprendimientos rurales».
Este ejemplo, es solo uno de los tantos que dan vuelta por el mundo y han generado invernaderos inteligentes con riego, sistemas de fertilización controlados a través de teléfonos móviles y otros 200 proyectos agrícolas que son respaldados por la nube provincial de la región de Jiangxi (China).
El desarrollo es tan amplio, que en algunas regiones, un centenar de ciudades trabajan en red, reciben ayuda del gobierno local y monitorean la seguridad alimentaria y el desarrollo del comercio electrónico rural.
Hay 20 mil familias rurales registradas en este tipo de plataformas digitales y es el propio ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales el eje del estímulo hacia las aplicaciones de teléfonos inteligentes, así como también, la adaptación de los productores por medio de estas herramientas de asistencia y ayuda.
“Lo que empezó como un juego virtual, terminó creando empresas, dinamizando regiones y generando mayores actividades en el 96% de las zonas rurales de China”.
Desde principios del año 2015, se está cambiando el trabajo duro, por una precisión casi exacta. Hay entrenamientos, concursos y otros métodos de acción hacia la agricultura digital, donde ya existen soluciones para comprar y vender más de 7.000 productos agrícolas. En los catálogos predominan verduras, frutas, carnes y mariscos.
A principios del 2020, las Startups de AgriTech en China sumaron 144 empresas nuevas, enriqueciendo una lista que no para de crecer. La novedad son las plataformas que ofrecen productos agrícolas no solo a consumidores finales, sino que también suman la posibilidad de incorporar proveedores exclusivos para pequeños y medianos restaurantes.
El objetivo de muchas de ellas, pasa por la eliminación de intermediarios y las entregas directas.
Cabe destacar, que todo se logra a partir una conectividad segura, ya que en el caso de frutos de mar y pescados, los esfuerzos han impulsado la instalación de terminales Wifi en los mares. De hecho el circuito ya cuenta con 500 repetidoras de señales y ha realizada transacciones por un valor aproximado a los 22 millones de dólares.
Asimismo, parte de la utilidad genera un fondo que se emplea para establecer una cadena de suministros y ampliar la potencia de los equipos; constantemente.
En el año 2015, la división agro de Bayer introdujo al mercado mundial Climate Field View. Se trata de la primera plataforma de agricultura digital que enfatizó sobre el concepto de pensar que te diría el campo, si pudiera hablar, proponiendo una seria de resultados extraordinarios que podrían se visualizados a partir de los primeros 5 años.
Hace unas semanas, los responsables del programa, filtraron algunos datos reconociendo que en Argentina ya hay más de 2,3 millones de hectáreas conectadas que agrupan cerca de 30 mil productores.
A nivel internacional, los números son más sorprendentes, porque 19 mil sembradoras y 22 mil cosechadoras han sido conectadas a múltiples capas de datos que se van enriqueciendo diariamente.
Según Ignacio Sanseovich, director de la firma Tecso, el futuro plantea una automatización de cada vez mayor e inimaginable. ”Estamos frente a la explotación de todo un conjunto y volumen gigante de datos que se viene produciendo constantemente”, afirma el especialista de la industria del software y sistemas de información.
En una recorrida rápida por los cambios más notorios, reconoce que las tecnologías de punta muestran una integración del hardware y software. También que se posicionan cada vez más cerca del campo; que ha comenzado a adoptarlas y vincularlas en los procesos de valor agregado.
“Para el agro, la internet de las cosas es lo más próximo. Esto implica aquellas cuestiones que -por su naturaleza propia- no son inteligentes pero a través de la implementación de software y algoritmos, pueden adoptar ciertas inteligencias mediante dispositivos que permiten realizar diversas actividades”, enfatiza resaltando la operatividad, así como también, la necesidad de la supervisión humana en el manejo de drones, mapas de precisión, información concreta, sensores, software específicos para la gestión y seguimiento de lotes, imágenes satelitales y todo lo que el campo viene incorporando en materia tecnología.
“En la jerga de los fierros, las cosechadoras con tecnologías de avanzada, monitores de rendimiento y los vehículos autónomos empiezan a marcar una camino innovador y moderno, en este último tiempo”.