La Mesa de Enlace de Enlace de Entidades Agropecuarias, anunció que dio por finalizada las instancias de diálogo con el gobierno nacional e iniciará una serie de acciones consecutivas con el objetivo de frenar el camino de destrucción de la actividad pecuaria y las exportaciones de carne vacuna.
Finalmente la gota que rebalsó el vaso, fue la resolución 7/2021 publicada en el Boletín Oficial que estableció una prórroga –por el términos de 2 meses– al cierre parcial de la exportaciones bovinas. El anuncio que ha sido criticado por todos los eslabones de la cadena de ganados y carnes, también sumo el reclamo de los sectores más allegados a la administración central, como el Consorcio Exportador ABC y el mismo Consejo Agroindustrial Argentino.
Esta semana, varias reuniones concluyeron en resaltar que la medida no apunta a una justificación económica, sino a un hecho político. Es decir, la mayoría de los dirigentes estiman que el gobierno quiere manejar la agenda hasta el final de proceso electoral, distrayendo a los votantes o haciéndoles creer cosas poco reales.
“Se trata de una cruzada contra la famosa oligarquía ganadera, con el objetivo de mostrarle a la gente que nosotros somos los responsables del aumento en el valor de los cortes bovinos”, remarcó Miguel Schiariti desde la Cámara de la Industria y Comercio de la Carne (Ciccra), considerando que se inicia una pelea voto a voto, o bife por bife.
Al mismo tiempo, el dirigente estimó que la maniobra es casi estratégica si se considera que estamos envueltos en una situación económica alarmante, con una pobreza extrema y, al mismo tiempo, la paradoja de que el 70 % de los productores son pequeños y están en una situación preocupante.
Ahora, está claro que en el medio de este enlace o enredo, lo importante podría pasar por hacerle creer a muchas personas que se está haciendo algo para bajar el precio de la carne. Y en realidad, entre tanta puja solo el sector y algunos pocos, entiende que el aumento en los precios tiene que ver netamente con un cambio y empeoramiento de la economía y el poder adquisitivo de los argentinos.
Por su parte, el sector está analizando un discurso para referenciar con contundencia porque en el año 2019 con 1.000 pesos se compraban 8 kilos de asado y, desde un tiempo ese dinero solo alcanza para comprar 1 kilo y medio como máximo.
“El problema es la destrucción de la moneda nacional, la emisión constante y la perspectiva de un agravante si se emiten 800 mil millones de pesos más en el recorrido que quedan en los procesos eleccionarios”.
Según la CEEA, la decisión que finalmente los lleva a enfrentar esta pelea, está estudiando todos los acontecimientos que se sucedieron y pasarán desde que el pasado 20 de mayo se inició el cepo a las exportaciones de carnes.
En principio, una de las consideraciones indica que sólo en el mes de julio, la carne bajó el 0,9 %; aunque no por el impacto de la resolución, sino por la caída del poder adquisitivo o de compra de los habitantes..
Al mismo tiempo y ya en un aspecto técnico, la decisión está sacando a la luz los daños a mediano y largo plazo que se van sucediendo. “En los últimos 2 años, Argentina perdió 1 millón y medio de cabezas, donde un número importante son vacas con faenas de hembras de un 45 a 49 %”.
“Hoy, hay 650 mil terneros menos en el rodeo del país, a pesar que muchos actores del gobierno no lo vean. Lo más grave es que si no se puede ver esto, es muy difícil entender lo que va a pasar”.
El sector prevé que los productores van a dejar de aumentar sus rodeos y por ende, en el país vamos a tener menos hacienda. También ya analiza las pérdidas globalizadas para una cadena muy larga que contiene a tantos rubros y proveedores de insumos secundarios.
Por ahora, la proyección hacia el cierre del ciclo 2021, indica una caída de las exportaciones genuinas por el orden de los 800 mil o 1.000 millones de dólares. Una suma podría ser mayor si se extiende la medida, después de estos nuevos 60 días.