Mientras varios indicadores de la coyuntura agropecuaria hablan de un aumento de costos inesperados para el cierre de este año, los nuevos referentes del ministerio de Agroindustria de la Nación, continúan haciendo hincapié en la profundización de las políticas y líneas de trabajo que dejó el formoseño Ricardo Buryaile.
La preocupación también pasa, por la inactividad de la cartera productiva, previo, durante y posterior a la definición de los nuevos cargos.
Por ahora, ante el reclamo de algunos dirigentes, la explicación de la nueva gestión enfatizó no querer jugar con los productores destacando saber que no tienen 1 año para perder, aprendiendo sobre cómo funciona el estado, ya que muchos designados vienen de organismos y asociaciones técnicas que podrían están fuera del ritmo de la política.
Más allá, que las líneas prioritarias de acción serán la apertura de mercados, la desburocratización de los trámites y la continuación de las mesas sectoriales para buscar los nudos que traban cuestiones de competitividad; varios empresarios agropecuarios afirman que hay una sensación de cambios innecesarios y capricho cumplidos, entre el presidente de la Nación, Mauricio Macri y su amigo, el productor Luis Miguel Etchevehere.
“Se ratificaron muchos nombres y líneas de acción con apenas una impronta personal de diferencia. Como núcleo de poder, Etchevehere viene traccionando con la carga política de haber representado a la Sociedad Rural Argentina; a diferencia de Ricardo Buryaile y a pesar de tener el mismo origen ruralista”, resaltó Matías Longoni, analista del sector y las políticas agropecuarias.