El presidente del grupo Worms Argentina, Gustavo Calamari, reconoció que estamos ingresando a un periodo de cambios contextuales para la industria agropecuaria y el medio ambiente.
El empresario considera que reciclar y transformar residuos orgánicos es cada vez más significativo en la sociedad, no solo por su contribución al medio ambiente sino también por las ventajas que el reciclaje de residuos aporta al suelo, generando grandes beneficios en la agricultura a través de tareas como el compostaje.
“Estamos convencidos que es necesario incorporar a la tierra nutrientes orgánicos y no aquellos derivados de productos químicos creados por el hombre” afirmó Calamari, alentando nuevamente la transformación de desechos orgánicos en fertilizantes naturales.
Al mismo tiempo, consideró que muchos referentes políticos del ámbito agropecuario siempre nombran la sustentabilidad, el equilibrio y uso buenas prácticas agrícolas, pero siguen frenando los cambios indispensables que reclama la sociedad a la hora de instaurar una nueva forma de producir.
“El reciclado de residuos es cada día más necesario. Actualmente con ellos se pueden producir fertilizantes orgánicos, eficientes y favorables para el suelo. Necesitamos que los gobiernos estén detrás de cada uno de estos proyectos”, enfatizó el directivo, enumerando una batería de proyectos beneficiosos para el medio ambientales que están demorados.
“Los productores y productos orgánicos no reciben apoyo de los gobiernos o municipios, por lo tanto en muchos casos terminan siendo los privados quienes participan, difunden y colaboran”.
De acuerdo a las proyecciones del grupo Worms, en Argentina la revolución de las tecnologías vinculadas al cuidado del medio ambiente van a seguir en aumento y en materia de manejo de cultivos y actividades pecuarias, tendrán el desarrollo que vienen alcanzando las energías eólicas y solares. Por su parte, sus técnicos consideran que -en pocos años- el cuello de botella afectará el manejo, administración y transformación de los residuos que generan las grandes urbes e industrias regionales.
“A futuro la problemática de la acumulación de residuos derivará en el reciclado y en una remodelación de procesos, donde el eje central en materia urbana serán los residuos líquidos y sólidos; así como en materia productiva, estará vinculado a la sustentabilidad de los procesos agropecuarios”
Al cierre del 2018, la firma remarcó estar convencida de las bondades de la lombricultura. A tal punto, que vienen preparando una serie de trabajos que muestran a la actividad como un paliativo muy importante para apaciguar el hambre del mundo, por la gran capacidad de generar fuentes de trabajo y recursos.
Estabilización
Según Worms, todo lo que es biológico, genera una mejora en los rendimientos de los cultivos, en una curva ascendente que va del 10 al 30 %. Al mismo tiempo, permite una reducción en el uso de fertilizaciones químicos que en muchos casos alcanza el 50 %.
“Nuestra experiencia refleja casos testigos, donde la incorporación de bacterias y microorganismos en varios campos agrícolas nos permitió atenuar el uso de urea por el orden de un 45 a 55 %”, remarcó la Ing. Itatí Castillo, desde el laboratorio de multiplicación de cepas que tiene el Centro Industrial de Tratamiento de la localidad de Arroyo Seco.
La investigadora afirmó que están trabajando en el desarrollo de productos orgánicos de mayor valor en la recomposición de suelos, con acción y resultados que se dan a largo plazo. “Los beneficios son constantes en el tiempo y venimos comprobando que se produce una estabilización del campo”.
Por ahora, esta empresa experta en el manejo de lombrices de Argentina, está avanzando sobre nuevas unidades de negocios. Sus proyectos involucran la utilización de bacterias promotoras de crecimiento y fijadoras de nitrógeno como Azospirillim y Azotobacter. Otras solubilizadoras de fósforos como Pseudomonas; y entre los nuevos proyectos, están empezando a producir bio controladores como Trichoderma con efecto controlador sobre hongos patógenos en suelo. También el grupo se encuentra en la búsqueda de insecticidas biológicos a partir investigaciones sobre Beauveria y Metarhizium.
Por ahora, el avance en las fases de ensayos no descarta la posibilidad de que en poco tiempo se logren cepas nativas, aisladas de nuestros suelos para nuevos ensayos e identificación.
“Sabemos que los productos que venimos obteniendo son aptos para una variabilidad de cultivos y de un fuerte impacto en las prácticas de agricultura orgánica”, subrayó la Ing. Castillo agregando que en procesos de agricultura convencional los usos son compatibles, pero es necesario ajustar sistemas de manejo e implementación.
En tiempos de ajuste y revisión de las variables económicas, la empresa que impulso la utilización de humus líquido de lombriz, ha decido reinstaurar el humus sólido en grandes volúmenes como abono orgánico de bajo costo para sus aplicaciones en cultivos no tradicionales y jardinería.