Solmi: “las políticas erráticas nos quitan las ganas”
10/04/2021
Ganadería: el gobierno quiere controlar más los papeles
24/04/2021

Chemes: “somos parte de la solución y nos ven como el problema”

JORGE CHEMES. El tambo y las economías regionales también están en la mira.

La dirigencia agropecuaria abrió una agenda de dudas que pasan por los granos, carnes y las economías regionales.

“Sería de una gravedad extrema que se cierren transitoriamente las exportaciones de carnes. La historia tiene registros de las consecuencias de años anteriores en toda la industria y la producción”, afirmó en presidente de Confederaciones Rurales Argentina (CRA), Jorge Chemes, al referirse a la pérdida de 12 millones de cabezas de ganado tras los primeros 6 años de nuevo siglo.

El dirigente cargó contra la posible medida, tomando como antecedente que en los años 2006/07, la medida no logró solucionar el problema de fondo sino que contuvo por unos pocos meses el precio de la carne, y después se dispararon incrementos mayores en el medio de un marco de gravedad inicial en toda la cadena de ganados y carnes.

“Creemos que el camino adecuado es contrario a lo que se está pensando. Hay que generar políticas de incentivo para que cada día se produzca más y los mercados estén abastecidos de manera suficiente para que no ocurra esto”, dijo Chemes agregando que es erróneo querer volcar lo que se exporta en el mercado interno.

Según CRA, es necesario aclarar que nuestro país exporta solo el 27 % de la producción de carne vacuna y se trata de cortes que en la mayoría no se consumen en el mercado interno. Si bien los datos son reales, otros actores de la actividad pecuaria consideran que hay cortes que sí consumimos los Argentinos; son direccionados a mercados de alto valor o poder adquisitivo y su generación de divisas no resultan ser una herramienta para compensar el valor de los cortes tradicionales o masivos del mercado interno.

Por ahora, la discusión pasa por un conflicto de mucho tiempo, donde nadie sabe explicar quién es el verdadero responsable y las urgencias se disparan cuando se pierde gran parte del poder adquisitivo de los consumidores por las constantes variables económicas.

Este semana, la dirigencia agropecuaria salió a defender al sector de las culpas y puso sobre la mesa los números de las últimas 3 décadas.

Es decir, remarcaron que el país está produciendo la misma cantidad de carne vacuna que hace 30 años atrás, mientras el crecimiento demográfico hizo que la población creciera a un nivel superior que hoy alcanza los 45 millones de habitantes.

“La situación no es más grave, porque se ha producido una caída en el consumo de carne bovina de 120 kilos a un nivel aproximado de 50 kilos por habitante, por año. Igual estamos frente a una fuerte presión de la demanda”, afirmó el dirigente.

Al mismo tiempo, le sugirió al Gobierno Nacional tener en cuenta que en cualquier producto alimenticio la carga impositiva fluctúa entre el 47 o 50 %. “Ahí está el dato que indica donde realizar el ajuste para bajar los precios”, resaltó Jorge Chemes agregando que la incidencia desde el sector primario es muy baja en comparación al resto de los eslabones de la cadena, incluido el Estado.

Por otra parte, este referente de la dirigencia agropecuaria dijo tener una carpeta preparada con información y datos como herramienta aclaratoria del problema. También consideró que el gobierno no les tiene confianza y los mira ideológicamente con un diagnóstico equivocado, pensado que el sector pecuario busca especular para ganar más.

“No es así, somos parte la solución, no el problema. Más allá que –por ahora– todo esto se trata de un trascendido, daría la impresión que el objetivo es asustarnos o amedrentarnos”, aclaró el presidente de CRA rematando que si la llevan adelante es como pegarse un tiro en los pies, porque el país estaría perdiendo con la suspensión de las exportaciones de carne vacuna cerca de 3.000 millones de dólares que dejarían de ingresar a las arcas del Estado.

Otra mirada

Según otros actores de la cadena, la mirada de Jorge Chemes es limitada ya que deja de lado o pasa por alto a los intermediarios. “Hoy un kilo de asado se consigue en algunos lugares a 400 pesos y las carnicerías lo venden a 700 u 800 pesos”, enfatizó el productor José María Piccioni sugiriendo la apertura de más puntos de ventas directos al público como otra medida de ajuste o acomodamiento de los precios.

Al mismo tiempo, reclamó la articulación del Estado, para que la venta de cortes vacunos congelados se pueda llevar a kioscos, minimarkets u otros negocios de concurrencia fluida con el objetivo de generar presión en el incremento de los precios.