“Venimos de un gobierno que no acompañó, que primerizó la economía, terminó cerrando las últimas fábricas nacionales que quedaban y le quitó el crédito a las Pymes”, subrayó el secretario de Agricultura de la Nación al referenciar que la situación actual para el campo y los sectores productivos es totalmente diferente.
Al mismo tiempo, agregó que hoy, el productor accede a créditos por debajo de las expectativas de inflación; con tasas negativas del 24 % y siente el acompañamiento del Estado en todos los reclamos que hace de forma cotidiana.
“Este gobierno, sabe que la ruralidad va de la mano de todas las medidas que se están generando”, agregó explicando que el apoyo técnico hacia la investigación y nuevas tecnologías está fuerte y con dinamismo.
Solmi, destacó que le llena de alegría pasar de noche por los pueblos y ver que los pequeños talleres metalúrgicos están funcionando y soldando, como sucedía hace muchos años. “Eso es desarrollo, agregado de valor, y son los estudiantes que encuentran un trabajo, una pasantía acorde a su futura profesión”.
Por su parte, el funcionario expresó que la consecuencia de la traba en estas cosas simples, terminó llenando los campos de taperas, debido a las políticas erráticas.
A su vez, instó a que se ejerza presión para que algunas medidas orientadas al sector agropecuario queden como políticas de Estado, donde la defensa a la industria nacional sea a toda costa y sin el toqueteo constantes de las variables.
“Hay que trabajar para nuestro desarrollo como país y al mismo tiempo dándole una mano al que tenga ganas de invertir, acepta el desafío y tiene coraje para meterse a trabajar con el sector agropecuario”.
Por último explicó que está sucediendo un fenómeno involuntario en este tiempo, y se relaciona con el movimiento de la gente desde las grandes urbes a pueblos más pequeños donde no existen tantos problemas de inseguridad.
Según Solmi, es el momento de acompañar todo esto con más trabajo en esas poblaciones, aunque para que se produzca hace falta conectividad. “Estamos viendo todo esto. Argentina tiene mucha fibra óptica instalada, pero inactiva. Necesitamos un plan para que se instalen las empresas, un paso de activación que ayude a las cooperativas de los pueblos a dar conectividad buena, rápida y constante para todos.
“La nueva ruralidad es conectividad, energías alternativas y otros elementos que permitan armar espacios de oportunidades. Nada de esto avanzará si no hay créditos para que la gente compre lo que se produce. El ciudadano tiene que tener plata en su bolsillo y un excedente para gastarlo y generar un mercado interno que empuje”, enfatizó considerando que todo eso es el eje para la generación de trabajo en el interior y arraigo.
Esta semana, el secretario de Agricultura recibió amenazas bajo diversos medios, que no solo fueron direccionada a su persona, sino también a su familia.
En principio, se señaló como posibles responsables a los referentes de la Asociación Argentina de Productores Autoconvocados (AAPA) y a diversos productores de la localidad bonaerense de Pergamino, de donde el funcionario es oriundo.
Según Román Gutiérrez, un productor de la zona, Jorge Solmi fue defraudando a los agricultores, a medida que avanzó en sus funciones con el gobierno actual. “Se olvidó de los pequeños productores y –es verdad– que atiende el teléfono pero no nos da soluciones. Seguimos en el mismo camino que antes, es decir, en decadencia”; remarcó Gutiérrez desde Pergamino, en nombre de muchos colegas que comparten su observación o punto de vista.