Sin presupuesto y dotado de un gran poder de investigación, nuestro Alfredo del Angeluz se ha apostado sobre las márgenes del Río Paraná, para ver fluir la hidrovía. Y como si esto fuese poco, con cuenta ganado en mano, va apuntando cuántos barcos salen cargados con granos para no perder el registro (me entiende). Pero; por esas cosas de la vida -que siempre pasan- algunos se les escapan (de él y las retenciones). En fin, los números no están dando y las cuentas lo confunden como a cualquier Mr. Magoo de nuestra querida política.
Hay Humor Agropolítico. Porque alguien debe contar lo que pasa en el campo.