La nueva generación de sojas Intacta, ya cubre 60 millones de hectáreas de toda Sudamérica y pone a la vanguardia a Brasil, seguido por Paraguay, Uruguay y la República Argentina.
Solo en la última campaña, se sembraron cerca de 24 millones de hectáreas y en nuestro país la penetración de esta variedad ya se aproxima al 20 % del mercado de semillas.
El dato, se complementa con observar los movimientos de los 12 semilleros licenciados para investigar, producir y desarrollar las variedades que suman 75 variantes desde el permiso para su comercialización a partir de la campaña 2013/14.
“Estamos consolidando la expansión de esta tecnología hacia la región templada o el centro sur del país y prevemos un crecimiento del 15 % para las próximas 2 campañas”, reconoció Matías Ipiña, gerente del negocio soja de Bayer Argentina.
Este especialista reconoce que en el NOA el desarrollo de Intacta ya comprende el 60 % de la superficie sembrada con soja y empezó a mostrar resultados que se destacan por un ahorro del 25 % en la utilización de insecticidas.
Según los técnicos e investigadores de Bayer (Monsanto), la preocupación se ha centrado en la región núcleo central, que más allá de las políticas agropecuarias y legislaciones que se están discutiendo, muestra una significativa caída o pérdida de mayores rindes por la persistente utilización de las sojas RR 1.
“Estamos observando un retraso tecnológico de 5 años, frente a los países que vienen liderando. Nos preocupa que el productor de nuestra región vea a la soja como un cultivo de bajo costos y baja inversión”, subrayó Juan Manuel Santa Eduviges, gerente de Desarrollo Tecnológico para Sudamérica.
Asimismo, reconoció que en Argentina, cada hectárea nueva que se destina a la oleaginosa se hace sobre zonas marginales y sin la incorporación de nuevas tecnologías. Es decir, con una ausencia en el manejo del cultivo, la aplicación de biotecnología y protección de cultivos con productos biológicos.
Eduviges, recordó que la tecnología Intacta no está siendo observada con detención por muchos productores agropecuarios y como consecuencia se pierde un mayor rendimiento, un efectivo control de las principales plagas, se atenúa el control de malezas y se desestiman los ahorros en la utilización del agua y combustibles.
Por ahora, la firma puso en carpeta más de 150 ensayos sobre la región núcleo central y marcó 260 kilos por hectárea más de diferencia en rendimientos de cultivo. Es decir, habría un 7 % más de rendimientos si se sembrara Intacta, pero la realidad indica que esta zona de productores duros se resiste al reemplazo de variedades por una cuestión de costos e idiosincrasia.
Entonces, si la ecuación fuese real, es difícil comprender porque los productores no avanzan en el recambio sobre una región que nuclea cerca de 6 millones de hectáreas o el 35,7 % de las variedades de soja que se siembran en el país.
Por ahora, se sabe que las variedades Intacta, cuestan entre 100 y 150 kilos por hectárea (21 dólares x ha. si se paga anticipada). También que el productor con las variedades RR 1 gasta cerca de 20 dólares por hectáreas en control de insectos. Es lo mismo que si hiciera un recambio de variedades o un salto a nuevas tecnologías en semillas, pero con la diferencia que le quedaría un plus de rendimiento para fortalecer sus resultados productivos,
Bajos rindes
Entre 1970 y 2017, las 2 principales naciones productoras de soja del mundo mantuvieron su crecimiento en rendimientos de 31,26 kilos por hectáreas (EE.UU.) y 40,30 (Brasil),
En Argentina, en cambio, los valores avanzaron sobre los 27,29 kilos promedio por hectárea por año y en los últimos 20 años se desvanecieron a tan solo un crecimiento medio de 12,8 o 256 kilos en las últimas 2 décadas. Es decir, ni siquiera el paso de las sojas RR, le permitió a nuestro país mejorar esta franja o encontrar un equilibrio, como el que con un manejo más sustentable obtuvieron los productores norteamericanos con un crecimiento a 39,13 kilos por hectárea durante la última campaña o los brasileños que alcanzaron los 41 kilos. “Argentina creció solo un tercio en comparación a lo que lograron sus 2 principales competidores”.
Según muchos especialistas, las diferencias están por encima de las condiciones climáticas y son el reflejo de una mayor inversión por parte de los productores de Brasil y Estados Unidos.
“En Argentina los procesos son mucho más lentos. El productor tarda en cambiar una variedad entre 5 y 7 años. Pierde producción, saltea la incorporación de tecnologías, y se posiciona en una gran desventaja en comparación con otros grandes productores”.
Este semana, los investigadores del Centro de Entrenamiento de Bayer (Monsanto) en la localidad de Pergamino, anticiparon que con la tecnología Intacta se pueden generan 1 millón 222 mil toneladas más de soja, sobre las 4 millones 360 mil hectáreas que se cultivan en el centro sur del país.
También que con esta nueva tecnología, se puede reducir la utilización de 120 millones de litros de agua por cada millón de hectáreas, que equivaldría a lo que requieren o utilizan 16 millones de personas durante un año.
En combustibles, prevén un ahorro de 750 millones de litros de gasoil por casa millón de hectáreas sembradas con la oleaginosa. Equivale a 5400 autos recorriendo cerca de 20 mil kilómetros cada uno, si se lo quisiera comparar de otra manera.