Tanto el gobierno, como la dirigencia agropecuaria saben que si se aumentan las retenciones al trigo, del 12, 15 o 25%, por fórmula matemática la baja por kilo de pan solo podría variar entre 10 y 44 centavos de pesos.
El dato parte de analizar el precio promedio actual de un kilo del producto, que se aproxima a los 100 pesos, junto a una tonelada del grano que fluctúa entre los 19.500 y 20 mil pesos.
Entonces, una suba del 12 al 15% en los derechos de exportación (retenciones), refleja una baja en el precio de trigo de 681,82 pesos por tonelada y generaría una incidencia en la reducción del precio del pan de $ 0,10 centavos por kilo.
Ahora, si la suba de las retenciones alcanzaría el 25%, nuevamente la baja en el valor por tonelada de trigo sería de 2.954,56 pesos, mientras que el pan debería bajar 44 centavos sobre el valor promedio actual. Es decir, pasaría a valer 99 pesos con 56 centavos.
Está claro que este problema de costos, logística, transporte, incremento de los insumos, valores energéticos y tantos otros indicadores siguen mostrando que si la problemática no se aborda de una manera integral y productiva, la generación de aumentos porcentuales en los impuestos a la exportación u otros, no alcanzarán para solucionar los problemas del mercado interno, no tampoco la distorsión en el poder adquisitivo de las clases medias y bajas de Argentina.
Según el productor Silvio Montenegro, del Movimiento de Autoconvocados, la ecuación podría explicarse diciendo que con una reducción del precio del trigo del 3,4%, el valor del pan baja entre 10 y 11 centavos y con una reducción del 14,77% la disminución del valor sería de unos 44 o 45 centavos de pesos.
“Si lo miramos con el dato actual, hablamos de 5 pesos de pan por peso de trigo. Es decir con un 15% de retenciones da $ 5.171 (un 3,42%) y con el 25% un 16,81% más”, reconoció este referente agregando que los eslabones intermedios siguen siendo en la cadena los que tienen mayor participación sobre el precio final. Va de un 80 al 82,88%.
Entre rumores y alborotos, el mes de febrero disparó el pedido de muchas organizaciones de productores agropecuarios, hacia la dirigencia y otros actores para que resuelvan de una vez por todas lo que comenzó en el año 2008. El pedido se situó en los equipos técnicos y económicos de las entidades, para que dejen de hacer tantos análisis macro económicos y –en consecuencia– comiencen a elaborar un mensaje que de forma clara y entendible llegue al consumidor final.
“Hay que agarrar una birome y papel; mostrar cómo son las cuentas. Pasó con las carnes, ya que se intenta convencer a la gente que se realizó un buen acuerdo. No es real, no mueve el amperímetro, ya que el plan de las 8.000 toneladas de cortes vacunos a precios acordados, solo representa 1 kilo 800 granos por persona, por año”, remarcó Montenegro considerando que solo refleja el 3,6% de los 49 kilos promedio que consumimos los argentinos.