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Las prácticas regenerativas son pilares en lo que queda de esta década

RODRIGO RAMÍREZ. Gerente general UPL Argentina.

La conservación y rehabilitación de los sistemas agrícolas intentarán fortalecer la vitalidad de los suelos.

El CEO de UPL, Rodrigo Ramírez adelantó que ya se está trabajando en un nuevo concepto productivo que va asociado con las bio soluciones y más servicios.

El empresario, que fuera gestor de la transformación de Expoagro en la edición del año 2018, remarcó que los cambios recientes, han impactado con fuerza en las estructuras organizacionales y pausado el desafío de los países productores de alimentos que deberían estar pesando como abastecer a los 8 mil millones de personas que viven en todo el planeta.

Según Ramírez, los próximos años buscarán poner equilibrio en todas las distorsiones que se vienen generando y serán oportunos para avanzar en la producción de alimentos de calidad, en cantidades necesarias y con disponibilidad para todas las personas.

Asimismo, rescato el rol de la tecnología ya que está consiguiendo hacer más eficiente todos los procesos, así como también, alcanzar más concordancia con el medio ambiente.

En referencia a la relación de la sociedad con el campo argentino, consideró que ambos actores deben saber de forma más explícita que hacen o como lo hacen. “Quienes están en el sector agropecuario, tiene la responsabilidad de mostrar que producir es un trabajo noble y que se hace con muchos cuidados.

Este referente, que desde hace un tiempo plantea un cambio de lógica por medio de interpretaciones más ecosistémicas y colectivas, dijo que el agro debe trabajar más del suelo para abajo, considerando que la sustentabilidad no es un negocio sino una apuesta hacia la posibilidad de generar valor y ver de qué forma se reparte.

“Hay que aumentar la productividad junto con todas sus variables. El sector debe intensificar el único proceso natural capaz de descarbonizar la atmósfera. Es decir, a través de la agricultura, el desarrollo forestal y otras prácticas. No solo se trata de producir, sino de mantener el planeta sano en el tiempo”, enfatizó en sus apreciaciones.

A su vez, remarcó que las sustentabilidad se alcanza cuando uno hace y no cuando uno dice. “Hay que hacer más, trabajar rápido obviar los pronósticos catastróficos ya que sería incomprensible que los seres humanos no queramos buscar las soluciones”.

Sin embargo, situó a la situación productiva global en un contexto muy serio, similar al de las ausencias de trigo y maíz que se produjeron en otros tiempos en Egipto y México.

“La naturaleza nos da siempre señales, por eso se revela y nos obliga al replanteo”, agregó explicando que es necesario evaluar el nivel de conciencia que teneos las personas ya que nadie observa con profundidad el desequilibrio que se está generando con el manejo del medio ambiente.

“Está claro, que por un mayor consumo se producen más combustibles, por nuestra conducta se pierde más del 30 % de los alimentos que producimos y sin embargo -en algunas regiones- falta ese porcentual para una alimentación adecuada o directamente no existe”, subrayó considerando que en vez de opinar sobre los países y la geografía, hay que reflexionar sobre la conciencia y la responsabilidad.

Al último, habló de la economía y la agricultura regenerativa como los pilares que darán cierre a esta nueva década. “Empujan hacia la eficiencia, sabiendo que los recursos no son infinitos. Buscan un mayor balance con todo lo que se hace y alientan un cambio como humanidad hacia  sistemas regenerativos, que aumenten la biodiversidad, mejoren los ciclos del agua y den resiliencia a los cambios climáticos.