El titular del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), Roberto Domenech, manifestó que todavía no se puede precisar con exactitud cómo se compensará a los establecimientos que vienen siendo afectados por el virus (Gripe Aviar), más allá de la ley de reposición sanitaria, la bioseguridad, higiene y manejo, dentro de las medidas a seguir frente a estas eventualidades.
El empresario, enfocó su preocupación sobre los establecimientos de la Patagonia que han perdido 600 mil pollos, frente un procesamiento mensual de 1 millón 800 mil aves.
“Este es el impacto más fuerte sobre una región del país, que está teniendo la repetición de casos. Estamos hablando de estructuras que generan trabajo a 900 personas y a su vez establecimientos –si lo comparamos en materia productiva– o granjas con planteles de 250 mil ponedoras en galpones de última generación”, remarcó agregando que acá la situación es muy grave ya que si –con los pollos– se pierde un ciclo de producción, en aquellas empresas que trabajan para la elaboración de huevos no va a existir capital para la reposición de los animales.
Por otra parte, advirtió que desde el punto de vista sectorial, si el virus no continúa avanzando la problemática no será tan grave, salvo los costos que terminarán afrontando distintas empresas y la distorsión en el negocio de la exportación.
“Hay mucho stock sobre productos que no se consumen en el país, como los pollos de 900 a 1.200 gramos que consume Arabia Saudita y toda la zona del Golfo Pérsico, donde no se están autorizando los certificados para el ingreso de las exportaciones”.
Según Domenech, se está trabajando en el mapa de la gripe aviar y monitoreando –en forma permanente– el rumbo que va tomando la enfermedad. “Sabemos que saltó de Jujuy a General Roca (Río Negro) y luego a Mar del Plata. Nos ha sorprendido a todos, incluso a las autoridades del Senasa”.
Asimismo, agregó que desde hace muchos años, el sector venía viendo que solo restaba que la influenza aviar llegara a Sudamérica para completar su presencia en todos los rincones del mundo.
“Los casos más cercanos se venían dando desde el 2006 en Chile, aunque el gran colapso impactó en el Norte de América (2022) cuando 50 estados de EE.UU, propagaron la enfermedad por todo el continente. De ahí, en adelante se sumaron México, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Uruguay y Argentina”.
Cabe destacar, que las autoridades del Senasa reconocieron la ventaja de productores e industriales que denuncian la posible presencia del virus en sus criaderos y empresas de forma inmediata. Según el organismo, la actitud permite actuar rápido y evitar las situaciones de Tailandia y –en su momento– México que por demorar en denunciar los casos, con el objetivo de salvar sus productos, tuvieron resultados adversos y son parte de la responsabilidad de haber desparramado el virus por todo el planeta.
Mientras tanto, en Argentina, en todos los casos se está aplicando el rifle sanitario y ya son más de 640 mil los pollos que se sacrificaron y cerca de 304 mil ponedoras en todo el país.
“Por protocolo se toma todo el establecimiento y no se separan los animales sanos. Siempre hablando de los 7 casos industriales que tenemos a la vista”, dijo Domenech subrayando que la Región de la Patagonia sigue estando en la mira por la cantidad de aves migratorias que presenta el lugar”.
A estos números, se estima que podrían sumarse 84.500 reproductores en observación en las provincias de Río Negro, Santa Fe y Buenos Aires.
A priori, las autoridades sanitarias del país, están avanzando en mejoras sobre la bioseguridad, ya que es la única previsión existente en el mercado.
Existen medicamentes y vacunas que atenúan los efectos, pero no hay resultados efectivos.
“Vemos que ayudan a contener la mortandad, aunque si esta evolucionara se perdería el 100 % de los lotes porque al ser un virus de influenza como la gripe, necesita actualizaciones todos los años o por cada ciclo productivo.
Otro aspecto, pasa por el inconveniente que se da en los países exportadores de carne y subproductos. “Si se utilizara una vacuna, se pierde la posibilidad de testeo en los animales, entonces esto hace que quedes fuera del mercado. Se sabe que el mundo entero está trabajando en un sistema de vacunas que permitan diferenciar el concepto de libre de virus o enfermedad como pasa en otros animales”. Esta semana, se habló de un avance en el cambio de protocolos, teniendo en cuenta que se trata de una epidemia que está en todos los rincones del mundo. Como no se transmite a las personas –y por una cuestión de seguridad alimentaria–, existe la posibilidad que se flexibilicen las restricciones hacia la exportación o importaciones.